El 15 de julio de 2020, el cooperante de las Naciones Unidas Mario Paciolla fue encontrado muerto en su casa en San Vicente del Caguan, Colombia. Inicialmente, las autoridades colombianas calificaron el caso como suicidio por ahorcamiento. Poco después, sin embargo, surgieron otros detalles, como heridas en su cuerpo causadas por un cuchillo, lo que llevó a la idea de que más bien podría ser un caso de asesinato. Un médico de las Naciones Unidas realizó una autopsia el 20 de julio, pero aún se desconocen los resultados. La hipótesis del asesinato también se ve reforzada por el hecho de que Mario ya había comprado el billete de avión para regresar a Nápoles el 20 de julio. Además, amigos y familiares lo describen como un chico lleno de vida, que nunca podría haber hecho un gesto tan extremo como el suicidio. Varios periódicos italianos atribuyen la causa de su muerte a un contexto difícil como el colombiano, en el que el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC está empezando a flaquear y en el que muchos líderes sociales y ex guerrilleros han sido asesinados en los últimos años. Mario Paciolla estaba trabajando en un proyecto para convertir el río Caguán, utilizado en el pasado por los narcotraficantes para transportar cocaína, en una ruta de rafting. Según los periódicos italianos, esto podría haber molestado a los cárteles colombianos de la droga. Sin embargo, de las últimas llamadas entre Mario y su madre, surgieron pistas que llevan a una conclusión diferente de la que dicen los periódicos italianos; Mario, de hecho, unos días antes de morir, le dijo a su madre que "el comportamiento de una persona que conocía le hacía sentir amenazado", "que había discutido con sus jefes y que se había metido en problemas". Mario también dijo que "no le gustaba cómo iban las cosas en el lugar de trabajo, que se sentía sucio y que quería tomar un baño en las aguas de Nápoles". El hecho de que Mario últimamente haya estado trabajando desde su casa (en el trabajo inteligente) debido al bloqueo generado por el coronavirus y que, según su madre, las únicas personas con las que estaba en contacto eran sus compañeros de trabajo, despierta más sospechas de que algo podría haber sucedido en el lugar de trabajo. Estas sospechas se ven exacerbadas por la lectura de testimonios de colaboradores de Mario, como la de la periodista de investigación colombiana Claudia Julieta Duque, quien recuerda un episodio en el que Mario le dijo que fue acusado por una colega de ser un espía. El canciller italiano Luigi Di Maio y el alcalde de Nápoles Luigi De Magistris dijeron que se movilizarán para presionar al gobierno colombiano y a las Naciones Unidas para averiguar la verdad sobre lo que le pasó al cooperante italiano de la ONU.